martes, 1 de diciembre de 2009

ARTE Y CUERPO

Sterlac - Performance
Por: Fernanda Watanabe Zazueta


“El hombre transmite y recibe por su cuerpo, por sus gestos por su mirada;
el olfato, el grito, el baile, las mímicas y todos sus órganos
 físicos pueden servir como órganos de transmisión”

-R. Debray (1996)


Arte es aquel proceso de fascinación, producto del saber del humano que nace de la necesidad de producir con las manos y traer algo a este mundo de nada. Inspiración y  creación son elementos importantes dentro del proceso creativo del artista que ha usado a la naturaleza siempre como el medio de mayor influencia sobre sus instauraciones, con la necesidad de innovar, aparecen nuevos seres traídos por los artistas que logran extraer de la imaginación  y que captan aquellos mensajes oníricos que se quedan en nuestra mente que más tarde serán proyectados como creaciones propias; es fantástico ver un unicornio sumergido en formol (véase Damian Hirst) o hasta una conejita fosforescente (véase Eduardo Kac), la inclinación hacia las cosas vivas es evidente
 El artista nos puede dar envidia, pues elementos como el papel y pluma, en la literatura; pala y mármol en la escultura o pinceles y lienzo en la pintura le permite recrear el encantamiento de hacer visible lo invisible pues la sensibilidad es lo que nos ha llevado a un sinfín de posibilidades dentro del genio artístico. Hoy día, los nuevos medios ayudan a crear todo un proceso con un resultado inesperado, y las herramientas son infinitas, esta es la nueva era del arte, un arte sin portada, sin bases, sin marco…Se ha perdido la forma tradicional de hacer arte, ahora se crea a partir del cuerpo.
Velázquez (véase las meninas) ya te hacía ser tú parte de la pintura, pues la estructura del cuadro está expuesta para que el espectador se sienta dentro del cuadro, la realeza concentrando su mirada hacia ti. Por demasiado tiempo se ha pensado al artista como un ser dotado de una sensibilidad extraordinaria con una espiritualidad intensa con un fondo de verdad que puede tocar el alma de las musas que deviene en talento genialidad entre lo inefable y lo expresable adherente a la idea y el término de “originalidad” el cual se le adjunta. Desde el Renacimiento italiano, los primeros artistas tenían una labor rebuscada en las élites, el nombre respalda a la obra, la aparición de la firma, la manera ordenada de la obra desde un Génesis a un Apocalipsis, para cumplir con un proceso creativo que paso por paso elegante y premeditado en combinación con todos los elementos previamente cuidados y elaborados para armar la obra final, el trabajo con relación íntima entre artista y obra. En el periodo de entre guerras de siglo XX le dio la misión de innovar y crear nuevas tendencias, las vanguardias y post-vanguardias, dieron paso a la creación de momentos teniendo la vida como escenarios, los performances, el situacionismo,  el happening; el arte es cada vez más colectivo, interactivo y hasta provocativo, más como un juego entre el artista y el espectador que lo hace partícipe de la intención directa con la obra, sin análisis previo el sentido se va dando conforme a la experiencia estética y no estática, una vez iniciado no se puede saber con certeza cuál será el resultado final y la firma pareciera ser que sobra, pues con elementos tan plurales y espontáneos que no es posible darle un final a la obra.
El artista quiere cada vez más un acercamiento hacia su obra, intimidar con ella y hacerlo explotar en alguna especie de eyaculaciones (véase Pollock) es la mejor firma que se puede tener, el tener entre las manos, deshacerse del caballete e iniciar figuras y qué mejor que moldearlas con el cuerpo y hasta caminar por la obra, darle la silueta de lo que quiere ser; ahora el arte no es encargo de reyes y con esa libertad el artista decide como hacerlo a su manera, creando y destruyendo conceptos y técnicas, moldeándose a sí mismos, algunas veces en un sentido literal donde ahora el material es sustituido por nada más que el cuerpo y no de una musa, sino del artista mismo.
El artista americano de mayor influencia en el siglo XX lo describe de está manera:

Mi pintura no procede del caballete. Por lo general, apenas tenso la tela antes de empezar, y, en su lugar, prefiero colocarla directamente en la pared o encima del suelo. Necesito la resistencia de una superficie dura. En el suelo es donde me siento más cómodo, más cercano a la pintura, y con mayor capacidad para participar en ella, ya que puedo caminar alrededor de la tela, trabajar desde cualquiera de sus cuatro lados e introducirme literalmente dentro del cuadro. Se trata de un método similar al de los pintores de arena de los pueblos indios del oeste. Por eso, intento mantenerme al margen de los instrumentos tradicionales, como el caballete, la paleta y los pinceles. Prefiero los palos, las espátulas y la pintura fluida que gotea y se escurre, e incluso un empaste espeso a base de arena, vidrio molido u otras materias.α

Esto, sin duda, corresponde a un cambio, pues en una era consumista en combinación de la era tecnócrata hace que arte y cuerpo se fusionen y experimentar nosotros mismos el raro hecho no de tener mascotas fluorescentes.
El cuerpo es obsoleto dice un cyborg, el hombre-máquina (véase Sterlac) hace evidente la fusión entre arte y ciencia se juntos van haciendo híbridos tan similares como aquel caballo con un cuerno recto en la frente. Demostrando en su cuerpo/obra y por medio de prótesis robóticas ni siquiera  los más íntimo de él (que es el cuerpo) le pertenece pues hasta las experiencias que surgen de este  pueden ser involuntarias y/o manipuladas por el publico interactivo.

Con el arte cada vez está más sumergido en nuestra piel, médicos cirujanos  aplican la técnica del artista y es posible crear obras de performance quirúrgico (véase Orlan) para poder modificarse en los diferentes cánones de belleza de diferentes culturas, en esta artista la experiencia estética se lleva a otro nivel, pues es vivida en sí misma haciendo una autocomprensión del cuerpo y más allá de arte y cuerpo lo definiría como arte corpóreo pues ya no hay separación entre ellos.
La nostalgia de lo natural y de volver sobre el cuerpo humano aún en la mente de quien fantasea dentro de su esquizofrenia (véase David Nebreda) que aún con demencia en la entera soledad el ser humano tiene esta necesidad de crear arte y ahora lo hace a través de él, a través del cuerpo

Bibliografía:

·         Foucault, Michael, Las palabras y las cosas una arqueología de las ciencias humanas, México, Siglo XXI,  2004.
·         Debray, Régis, Vida y muerte de la imagen. Historia de la mirada en Occidente, Barcelona, Paidós Ibérica, 1994.
·         Juan Antonio, Ramírez. Corpus Solus para un mapa del cuerpo. Madrid, España, Siruela, 2007
α     Carrassat, P.F.R. y Marcadé, I., Movimientos de la pintura, pág. 151










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